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¿Por qué mi conteo de glóbulos blancos está bajo?

Revisado Por Dra. Brunilda Nazario, MD en noviembre 18 del 2023
10 minutos de lectura

Aproximadamente el 1% de tu sangre está compuesto por glóbulos blancos, los cuales se dividen en cinco tipos:

 

 

 

  1. Neutrófilos. El tipo más común de glóbulo blanco, estas células protegen al organismo de las infecciones al matar y digerir bacterias y hongos.
  2. Monocitos. También ayudan en la protección contra las infecciones al descomponer las bacterias y hongos.
  3. Linfocitos. Crean anticuerpos para combatir bacterias, virus y otros invasores potenciales. Las células T, las células asesinas naturales y las células B son linfocitos.
  4. Basófilos. Estas pequeñas células segregan sustancias químicas, como las histaminas, que se liberan durante las reacciones alérgicas. Pueden provocar tos o estornudos, pero es otra manera de combatir las enfermedades.
  5. Eosinófilos. Identifican y eliminan los parásitos y las células cancerosas, y ayudan a los basófilos en las respuestas alérgicas.

Neutrófilos

Los neutrófilos representan entre el 55 % y el 70 % de todos tus glóbulos blancos. Son la primera línea de defensa cuando el sistema inmunológico de tu organismo es atacado. Encuentran y destruyen las bacterias y los hongos al consumirlos. Tu organismo reacciona con inflamación (enrojecimiento e hinchazón), pero todo es parte del proceso de curación.

Los neutrófilos se forman en la médula ósea y se transportan a través de la sangre, los tejidos y los ganglios linfáticos de tu organismo. Estas células son transparentes y normalmente redondas, aunque cambian de forma al combatir enfermedades.

Si tienes muy pocos neutrófilos (una afección llamada neutropenia o leucopenia), tu riesgo de infección aumenta considerablemente. Podrías desarrollar úlceras dolorosas en la boca o el ano, o contraer enfermedades inusuales. La neutropenia suele ser un efecto secundario de los fármacos contra el cáncer o de la radioterapia. Estos matan las células, tanto las sanas como las no sanas. La neutropenia también podría ser el resultado de una enfermedad autoinmune, como el lupus o la artritis reumatoide, o de una enfermedad de la médula ósea como la leucemia.

El rango normal de neutrófilos en una persona sana oscila entre 2,500 y 6,000 neutrófilos por microlitro de sangre. Si tus niveles están por debajo de 1,500, tienes neutropenia. Hay tres clasificaciones:

  • Leve: De 1,000 a 1,500 neutrófilos por microlitro de sangre
  • Moderada: De 500 a 1,000 neutrófilos por microlitro de sangre
  • Severa: Por debajo de 500 neutrófilos por microlitro de sangre

Ten en cuenta que la mayoría de las veces, un recuento bajo de glóbulos blancos no es motivo de preocupación. Si tienes neutropenia leve, probablemente no necesites ningún tratamiento ni tengas ningún síntoma. Solo debes preocuparte si tienes neutropenia moderada o severa.

Tu médico puede solicitar una prueba de glóbulos blancos si acudes a verlo por ciertos problemas de salud. Un técnico te extraerá sangre y la enviará a un laboratorio para un hemograma completo (CBC, por sus siglas en inglés).

Tu recuento de glóbulos blancos es uno de los números que obtienes de esta prueba, junto con tu recuento de glóbulos rojos y el de plaquetas. Puede indicar un diagnóstico, confirmarlo o mostrar si un tratamiento está funcionando o no. También mostrará si tus glóbulos blancos son más altos o más bajos de lo que deberían ser.

 

 

Cada laboratorio tendrá su propio conjunto de valores normales para cada recuento de células sanguíneas, denominado rango de referencia. El rango de referencia normal suele ser de 4,000 a 11,000 glóbulos blancos por microlitro de sangre, pero puede variar según el laboratorio.

Los rangos normales también pueden variar según la edad, la raza y el sexo de la persona que se realiza la prueba de sangre. Estos son los rangos normales de glóbulos blancos para:

  • Hombres y personas con anatomía masculina: 5,000-10,000 glóbulos blancos
  • Mujeres y personas con anatomía femenina: 4,500-11,000 glóbulos blancos
  • Niños: 5,000-10,000 glóbulos blancos

 

Una prueba de sangre que muestra un recuento de glóbulos blancos inferior a 4,000 por microlitro (algunos laboratorios indican menos de 4,500) podría significar que tu organismo no es capaz de combatir la infección como debería. Un número bajo se llama leucopenia o neutropenia. La leucopenia puede ser aguda o crónica.

Leucopenia aguda: Es una condición a corto plazo que suele deberse a una enfermedad temporal.

Leucopenia crónica: La leucopenia se considera crónica si has tenido un bajo nivel de neutrófilos en al menos tres ocasiones durante un período de 3 meses. Suele ser causada por:

  • Una enfermedad en curso (como el cáncer)
  • Una enfermedad viral como el VIH
  • Una condición genética
  • Un trastorno autoinmune como el lupus

Muchas personas de ascendencia africana y de Oriente Medio tienen recuentos de glóbulos blancos menores a los de otros grupos étnicos. Por ejemplo, las mujeres afroamericanas pueden tener recuentos de glóbulos blancos que son, en promedio, entre un 25 % y un 40 % más bajos que los de las mujeres americanas de ascendencia europea. La diferencia está relacionada con una variante genética más común en las personas de ascendencia africana, que brinda protección contra la malaria y también regula la producción de neutrófilos.

Tu recuento de glóbulos blancos puede aumentar y disminuir a lo largo del día. Un estudio demostró que los glóbulos blancos parecen subir y bajar a un ritmo horario. Pero si tienes leucopenia, tu recuento de glóbulos blancos permanece bajo y no aumenta.

 

 

Tu médico realizará un examen físico y considerará tus síntomas junto con tus problemas médicos previos para determinar qué hay detrás del resultado de la prueba. Un recuento muy bajo de glóbulos blancos podría deberse a cualquiera de estas razones:

Infección: Esta es la causa más común de neutropenia en adultos. Los virus pueden afectar tu médula ósea y causar bajos recuentos de glóbulos blancos durante un tiempo. Las infecciones graves, como las infecciones sanguíneas, pueden hacer que tu organismo utilice los glóbulos blancos más rápido de lo que puede producirlos.

Medicamentos: Esta es la próxima causa más común. Los fármacos de la quimioterapia, en particular, destruirán los glóbulos blancos sanos mientras eliminan las células cancerosas. La radioterapia puede tener el mismo efecto. Otros fármacos que pueden reducir los glóbulos blancos incluyen los antihistamínicos, antihipertensivos, antipsicóticos, inmunosupresores, fármacos antiepilépticos y esteroides. No todas las personas que toman estos fármacos ven disminuir su recuento de glóbulos blancos. Podría ser que los genes jueguen un papel en la disminución del recuento de los glóbulos blancos.

Problemas de la médula ósea: El centro esponjoso de los huesos, llamado médula ósea, produce células sanguíneas. Los bajos recuentos de glóbulos blancos suelen estar vinculados a problemas de médula ósea. Estar expuesto a ciertos productos químicos, como el benceno y los pesticidas, así como a ciertos tipos de cáncer y tratamientos contra el cáncer, como la quimioterapia y la radioterapia, pueden afectar la capacidad de la médula ósea para producir glóbulos blancos.

Trastornos autoinmunes: Algunas enfermedades autoinmunes, como el lupus y la artritis reumatoide, hacen que tu organismo ataque y destruya sus propios glóbulos blancos.

Nutrición: No comer bien o niveles bajos de ciertas vitaminas, como el ácido fólico y la vitamina B12, pueden afectar la forma en que tu organismo produce los glóbulos blancos. El abuso de alcohol puede alterar los nutrientes en tu organismo al igual que el recuento de glóbulos blancos.

Problemas en el bazo: El bazo también produce glóbulos blancos. Las infecciones, los coágulos sanguíneos y otros problemas pueden hacer que se hinche y no funcione como debería. Esto hará que tu recuento de glóbulos blancos disminuya.

VIH. Este virus (que causa el SIDA) debilita tu sistema inmunológico al destruir tus células T, lo que te hace incapaz de combatir incluso infecciones menores.

Neutropenia étnica benigna: Algunas personas tienen recuentos de neutrófilos naturalmente bajos, inferiores a 1,500 por microlitro. Es más frecuente en personas de ascendencia africana, aunque muchas personas de origen del Oriente Medio y algunas de ascendencia europea pueden tenerlo también. Esta condición se llama neutropenia étnica benigna porque las personas que la padecen no corren un mayor riesgo de infección. Se estima que entre el 25 % y el 50 % de los afroamericanos tienen un recuento de neutrófilos inferior a 1,500 por microlitro, mientras que menos del 1 % de los blancos estadounidenses lo tienen.

 

Es posible que no tengas ningún síntoma por tener un bajo recuento de glóbulos blancos, pero te deja propenso a las infecciones. Como resultado, podrías tener:

  • Fiebre
  • Erupciones
  • Úlceras en la boca que no se curan
  • Llagas alrededor del ano
  • Neumonía y otras enfermedades graves
  • Cansancio

Es posible que estos síntomas aparezcan de manera repentina, unos días después de tener un bajo recuento de glóbulos blancos, o después de un período más largo. Los síntomas podrían aparecer y desaparecer si tu recuento de glóbulos blancos está aumentando y disminuyendo, debido, por ejemplo, a una dosis de medicamento.

 

Si no hay una razón clara para un bajo recuento de glóbulos blancos, tu médico probablemente querrá repetir la prueba o hacer un diferencial junto con un hemograma completo (CBC, por sus siglas en inglés).

Esta otra prueba proporciona muchos más detalles. Hay rangos normales para cada uno de los cinco tipos de glóbulos blancos, y algunos problemas solo afectan a un tipo. Los resultados de un análisis diferencial podrían ayudar a tu médico a determinar lo que está sucediendo.

Muchas veces, una prueba repetida mostrará que tu recuento de glóbulos blancos es normal.

Tu médico podría solicitar más pruebas, según los síntomas que tengas. Por ejemplo, podría hacerte una prueba para detectar faringitis estreptocócica o mononucleosis. Otros análisis de sangre pueden buscar una infección viral, inflamación o alergias. Es posible que el médico quiera tomar una muestra de tu médula ósea para ver si está sana.

Tu médico también podría ordenar una prueba de orina para detectar una infección del tracto urinario o una radiografía de tórax si sospecha neumonía.

A veces, la leucopenia desaparece por sí sola. Otras veces, si dejas de tomar el medicamento que la causa, o tratas la afección subyacente, tu recuento de glóbulos blancos aumentará.

El tratamiento implica:

  • Tomar antibióticos o antivirales para eliminar la infección.
  • Tomar medicamentos para estimular la producción de neutrófilos en tu médula ósea (normalmente se administran en forma de inyección).
  • Someterse a un trasplante de médula ósea en casos graves, como la anemia aplásica o la leucemia.

Tu médico puede pedirte que consultes a un hematólogo. Este es un especialista que tiene entrenamiento adicional para diagnosticar y tratar problemas de recuento sanguíneo.

Si tu recuento de glóbulos blancos se mantiene bajo o continúa disminuyendo, consulta con tu médico para averiguar por qué está sucediendo. El tratamiento adecuado debería ayudar a que tu recuento de glóbulos blancos vuelva a la normalidad.

Prevención

No hay forma de prevenir la leucopenia, pero existen formas de mantenerse sano y disminuir el riesgo de infección.

  • Lávate las manos con frecuencia con agua y jabón o un desinfectante de manos.
  • Mantente al día con tus vacunas, incluidas las vacunas contra la gripe y el COVID-19.
  • Evita las multitudes o usa una mascarilla en lugares concurridos.
  • Evita la propagación de gérmenes en la cocina al lavar las frutas y verduras antes de comer, usa una tabla de cortar diferente para la carne para evitar la contaminación cruzada, y cocina la carne a la temperatura adecuada.
  • Utiliza guantes al recoger los desechos de las mascotas o los pañales de bebé con heces. Lávate las manos después de haber completado la tarea.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Las investigaciones actuales no muestran que haya una dieta específica que aumente la producción de glóbulos blancos en el organismo. Pero nuestro cuerpo utiliza los materiales de las proteínas para producir glóbulos blancos. Por lo tanto, debes:

  • Consumir proteínas de alta calidad, como pescado, aves, carne de res, huevos, leche, yogur griego y frijoles.
  • Tomar vitamina B12 y ácido fólico (folato), o un multivitamínico con esos ingredientes, si no consumes estas proteínas. El cuerpo utiliza la vitamina B12 y el ácido fólico para producir glóbulos blancos.

Si estás recibiendo quimioterapia, consulta con tu médico o a un nutricionista antes de tomar suplementos, ya que algunos de ellos no deben tomarse con ciertos tratamientos contra el cáncer.

Si tienes un recuento bajo de glóbulos blancos, la mayoría de las veces no es motivo de preocupación. Sin embargo, si tu recuento está por debajo de 4,000 por microlitro, tienes neutropenia, también conocida como leucopenia, y necesitarás tratamiento. El tratamiento depende de la causa del bajo recuento de glóbulos blancos, pero generalmente implica tomar antibióticos para combatir cualquier infección que puedas tener. En algunos casos, es posible que necesites un trasplante de médula ósea o medicamentos para estimular la producción de neutrófilos en la médula ósea.

¿Cuál es un recuento peligrosamente bajo de glóbulos blancos?

Cualquier recuento por debajo de 4,000 glóbulos blancos por microlitro. Y si tu recuento de neutrófilos está por debajo de 500 células por microlitro, tu riesgo de contraer infecciones aumentará considerablemente. Incluso podrías contraer infecciones por bacterias que normalmente viven en tu boca sin complicaciones.

¿Cómo puedo aumentar mi recuento de glóbulos blancos?

Depende del motivo del bajo recuento de glóbulos blancos. Si se debe a una enfermedad o afección, el tratamiento de la enfermedad aumentará el recuento de glóbulos blancos. Si estás recibiendo quimioterapia, suspenderla o cambiar la medicación debería aumentar el recuento de glóbulos blancos. Los alimentos ricos en proteínas, vitamina B12 y ácido fólico son componentes básicos utilizados por el organismo para producir glóbulos blancos, por lo que su consumo puede ser útil.

Este contenido se publicó originalmente en inglés y se tradujo con el uso de varias herramientas editoriales, incluidas la inteligencia artificial, como parte del proceso. Un equipo de editores de salud de WebMD y de profesionales médicos revisó el contenido antes de su publicación.