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¿Cómo se trata un tirón en la ingle?

Revisado Por Dra. Brunilda Nazario, MD en junio 13 del 2024
11 minutos de lectura

Es posible que sufras un tirón en la ingle o una distensión muscular en la ingle, al ejercer demasiado estrés en los músculos de tu ingle y muslos. Si tensas demasiado tus músculos, con demasiada fuerza o de repente, pueden estirarse demasiado o romperse, causando así una distensión muscular.

Cualquier persona puede sufrir distensiones en la ingle, especialmente si esa persona se esfuerza más de lo habitual. También podrias estar en riesgo si:

  • has tenido una lesión en la cadera o la ingle con anterioridad
  • tienes más de 65 años
  • tienes músculos débiles en la ingle
  • estás cansado
  • tienes un rango de movimiento reducido 
  • no has estirado bien antes de hacer ejercicio

Los tirones en la ingle son más comunes en personas que practican deportes que requieren mucho de correr y de saltar. En general, ocurre más seguido si juegas un deporte en el que necesitas detenerte, girar o cambiar de dirección repentinamente. De hecho, los tirones en la ingle suelen ocurrir más comúnmente en personas que juegan fútbol, hockey, fútbol americano o baloncesto.

¿Qué grupos musculares están involucrados en un tirón en la ingle?

Tres grupos musculares se localizan en tu ingle y conectan tu vientre inferior a tus muslos. Estos incluyen los:

  • Músculos abdominales inferiores
  • Músculos ilipsoas que conectan tu columna vertebral con tus caderas y piernas
  • Músculos aductores, que son un grupo de seis músculos en tus caderas y muslos

Estos tres grupos de músculos se unen en la pelvis y están unidos a tendones y ligamentos. Los distensiones en la ingle son comunes en:

  • Los músculos del muslo superior, como el músculo largo aductor, que se utiliza para mover la pierna de lado a lado
  • Los tendones que unen tu músculo aductor a los huesos de tu cadera
  • Los músculos abdominales, como el músculo oblicuo interno, que se unen a tus caderas

Aquí te presentamos algunos síntomas de un tirón en la ingle:

  • Dolor y sensibilidad en la ingle y la parte interna del muslo
  • Dolor al juntar las piernas
  • Dolor al levantar la rodilla
  • Una sensación de chasquido o crujido durante la lesión, seguida de un dolor intenso

Los tirones en la ingle a menudo se dividen en tres grados de gravedad:

  • 1er grado: Dolor leve, pero poca pérdida de la fuerza o movimiento
  • 2do grado: Dolor moderado, leve a moderada pérdida de fuerza y algo de daño en el tejido
  • 3er grado: Dolor severo, pérdida grave de fuerza y función debido a un desgarro completo del músculo

Para diagnosticar un tirón en la ingle, tu médico te hará un examen físico detallado. Es posible que se necesiten pruebas como radiografías y resonancias magnéticas para descartar otros problemas.

Puede ser difícil diferenciar entre un tirón de una hernia en la ingle. Los síntomas pueden ser muy similares. Una hernia se produce cuando la grasa o un trozo del intestino sobresale a través de un orificio en la pared muscular del abdomen. Es posible que se forme un orificio en los lugares donde los músculos son más débiles, como por ejemplo:

  • Cerca de una cicatriz de cirugía anterior
  • Junto al ombligo
  • En el abdomen superior
  • En la ingle (lo  más común)

Si tienes una hernia en tu ingle (también llamada hernia inguinal), es probable que sientas un bulto en tu ingle. Este es el tejido que sobresale a través del orificio en el músculo abdominal. 

Esto no ocurre cuando tienes un tirón en la ingle; de manera que esta es una buena forma de distinguir entre el tirón y la hernia. 

Las hernias inguinales son muy comunes, especialmente a medida que envejecemos. Tener múltiples distensiones en la ingle puede aumentar la probabilidad de que desarrolles una hernia más adelante.

 

Habla con tu médico si sientes dolor en tu ingle, especialmente si también puedes sentir un bulto. Si se trata de una hernia, es posible que necesites hacerte una cirugía para repararla.

La mayoría de las distensiones en la ingle sanarán por sí solas. Solo necesitas darle algo de tiempo y descanso. Tu médico probablemente te recomendará el método RICE (por sus siglas en inglés):

  • Descanso. Deja de hacer lo que estabas haciendo que causó la distensión.
  • Hielo. Usa una bolsa de hielo o compresa fría de 10 a 15 minutos cada hora durante el primer día del tirón. Después del primer día, usa hielo entre 3 y 4 horas durante 2 a 3 días, o hasta que el dolor desaparezca. Asegúrate de envolver la bolsa de hielo en una toalla antes de aplicarla en la zona afectada. No pongas el hielo directamente sobre tu piel porque podría provocarte quemaduras y luego ampollas.
  • Compresión. Esto reduce el flujo de sangre a la lesión y disminuye la hinchazón. Usa un vendaje de compresión, pantalones cortos o pantalones de compresión.
  • Elevación. Levanta tu pierna o la parte inferior del cuerpo por encima del nivel de tu corazón. Usa almohadas, mantas o cojines para apoyarte.

Si no obtienes alivio usando el método RICE, trata con analgésicos antiinflamatorios. Los medicamentos antiinflamatorios no esteroideos antiinflamatorios no esteroideos (NSAIDs, por sus siglas en inglés), como ibuprofeno y naproxeno, pueden ayudar a aliviar el dolor y la hinchazón. Sin embargo, estos medicamentos pueden tener efectos secundarios. Úsalos ocasionalmente o durante menos de 10 días seguidos a menos que tu médico te diga lo contrario.

La mayoría de las veces, estos tratamientos harán un buen trabajo y te sentirás mejor, pero no siempre es así. Si tienes un tirón tercer grado de gravedad, tu médico podría recomendarte una cirugía para reparar el músculo desgarrado o volver a unir los tendones o ligamentos a tus huesos. Este tipo de casos no ocurre frecuentemente y, de ocurrir, es probable que no puedas volver a tu nivel de actividad original después de la operación. Por lo tanto, habla con tu médico acerca de los beneficios y las desventajas sobre la cirugía. También considera obtener una segunda opinión médica, para estar mejor informado y seguro de tu decisión.

Una tirón en la ingle puede volverse crónica si no descubres por qué sucedió. Es importante encontrar la causa para que puedas dejar de hacer esa actividad o hacer modificaciones para poder seguir haciéndola de manera segura. Tu médico o un fisioterapeuta podrían examinar tus abdominales, caderas y extremidades inferiores en busca de debilidad o inestabilidad que podría estar agregando estrés a tu ingle. Tratar cualquier disfunción que afecte a tu ingle, puede ayudar a acelerar tu recuperación y reducir el riesgo de que ocurra nuevamente.

 

Para ayudarte a sanar más efectivamente, tu médico podría sugerirte que realices ejercicios de estiramiento y fortalecimiento activos. Dependiendo de tu grado de lesión, es posible que comiences a estirar de inmediato o que necesites varios días de descanso antes de comenzar. Utiliza la información que te da tu cuerpo, sobre el nivel de dolor que sientes, para usarlo como guía. Si sientes dolor, estírate con suavidad o no lo hagas en absoluto. Si estiras de forma demasiado agresiva, podrías causar más daño.

Algunos estiramientos y ejercicios que pueden ayudar durante tu recuperación incluyen:

  • Estiramiento de aductor de cadera. Acuéstate boca arriba con las rodillas flexionadas y los pies apoyados en el suelo. Separa suavemente las rodillas para estirar los músculos en el interior de tus muslos. Sostén esta postura entre 15 a 30 segundos. Repite este ejercicio tres veces.
  • Estiramiento de isquiotibiales en la pared. Acuéstate con el trasero cerca de una puerta. Estira tu pierna no lesionada recta frente a ti a través de la puerta. Levanta tu pierna lesionada para que descanse contra la pared junto al marco de la puerta. Mantén esta pierna lo más recta posible para que sientas el estiramiento en la parte posterior de tu muslo. Sostén la pose entre 15 a 30 segundos. Repite el ejercicio tres veces.
  • Elevación de pierna recta. Acuéstate boca arriba con las piernas rectas frente a ti. Flexiona la rodilla de tu pierna no lesionada y coloca el pie en el suelo. Aprieta el músculo del muslo en el lado lesionado para levantar la pierna aproximadamente 8 pulgadas del suelo. Mantén la pierna recta y los músculos del muslo apretados. Baja lentamente la pierna de nuevo. Repite 15 veces. Luego descansa y haz otro conjunto de 15 repeticiones.
  • Compresión isométrica con pelota aductora. Acuéstate boca arriba con las piernas flexionadas y una pelota de fútbol (u otra pelota del mismo tamaño) entre tus rodillas. Aprieta tus rodillas juntas y mantén la pose durante 30 segundos. Descansa aproximadamente de 5 a 10 segundos. Repite el ejercicio 10 veces.
  • Puente con compresión de la pelota aductora. Acuéstate boca arriba con las piernas flexionadas y una pelota de fútbol (u otra pelota del mismo tamaño) entre tus rodillas. Aprieta tus rodillas juntas y levanta tu trasero del suelo. Empuja hacia abajo con los pies y sigue apretando la pelota. Mantén durante 10 segundos, luego baja lentamente. Repite esto seis a ocho veces, dos o tres veces al día.
  • Elevaciones laterales de pierna. Acuéstate en el mismo lado que tu distensión en la ingle con tu pierna superior flexionada y apoyada en el suelo. Levanta tu pierna inferior lo más alto que puedas sin sentirte incómodo. Mantén la pose durante 5 segundos, luego baja. Repite 10-12 veces dos a tres veces al día.
  • Aducción de cadera con banda elástica de resistencia de pie. Coloca un trozo de banda elástica de resistencia en algo que esté fijado en su lugar. Pasa el otro extremo alrededor de tu tobillo. De pie, con esta pierna extendida hacia un lado, tira de la pierna hacia adentro para tocar tus rodillas juntas. Relaja lentamente tu pierna hacia afuera. Repite el ejercicio entre 10 y 12 veces, dos a tres veces al día.

El tiempo de recuperación dependerá en gran parte de la gravedad de tu distensión en la ingle. Como estimación aproximada, la mayoría de las distensiones leves o moderadas en la ingle pueden tardar de 4 a 8 semanas en sanar por completo. Las distensiones graves o crónicas pueden tardar varios meses en sanar.

Mientras tanto, cambia a una actividad nueva que no ponga demasiada presión sobre los músculos de tu ingle. Por ejemplo, si sueles correr, prueba a nadar durante algunas semanas en su lugar. Esto puede ayudar a que mantengas tu nivel de condición cardiovascular y, al mismo tiempo, permite que los músculos de tu ingle se curen antes de que vuelvas a tu horario regular de entrenamiento.

Sea lo que sea que hagas, no te apresures. No intentes volver a tu nivel anterior de actividad física hasta que:

  • Puedas mover la pierna del lado lesionado con la misma libertad y facilidad como la otra pierna
  • La pierna del lado lesionado se siente tan fuerte como la pierna del lado no lesionado
  • No sientas dolor al caminar, luego al trotar, luego al correr y finalmente al saltar

Si comienzas a esforzarte antes de que tu distensión en la ingle se haya curado, podrías volver a lesionarte. Y si vuelves a sufrir otros tirones en la ingle, podrían ser más difíciles de tratar y tomar más tiempo para sanar. Incluso podrían provocar una discapacidad permanente.

Dado que las distensiones en la ingle pueden ser dolorosas y debilitantes, el mejor consejo es prevenirlas. Para eso deberías:

  • Hacer un precalentamiento de los músculos de tus piernas y los músculos de la ingle antes de realizar cualquier actividad física. Hay estudios que demuestran que un trote ligero, u otras actividades que aumenten tu temperatura corporal, antes de tu entrenamiento principal o práctica pueden reducir tu riesgo de distensiones musculares.
  • Usar zapatos con buen soporte que te calcen bien.
  • Aumentar la intensidad de tu actividad física lentamente: los expertos en ejercicio recomiendan un aumento máximo del 10 % por semana.
  • Deja de hacer ejercicio si sientes dolor o tensión en tu ingle o en la parte interna del muslo.
  • Realiza ejercicios regulares de fortalecimiento para los músculos de tus muslos, especialmente si has tenido una distensión en la ingle anteriormente.

Si tienes debilidad muscular en tu ingle, podrías tener un mayor riesgo de sufrir lesiones. Si practicas deportes y tienes antecedentes de lesiones en la ingle, consulta con tu médico o fisioterapeuta sobre actividades que puedan ayudar a reducir tu riesgo de sufrir otra distensión.

 

Las distensiones en la ingle son lesiones en los músculos de tu ingle. Pueden afectar a cualquier persona, pero son una de las lesiones más comunes en deportes como el hockey y el fútbol. La mayoría de los casos se curan por sí solos con tiempo y descanso. Puedes ayudarte a sanar utilizando el método RICE. Espera hasta que tu médico diga que está bien que vuelvas a la pista de hielo, al campo o a la cancha. Una vez que lo hagas, puedes ayudar a prevenir una distensión en la ingle calentando y estirando tus músculos antes de comenzar tu entrenamiento o práctica principal.

¿Caminar es bueno para una distensión en la ingle?

Por lo general, depende de la gravedad de tu distensión. La mayoría de las personas pueden caminar después de una distensión en la ingle, pero no deberías hacer ejercicios intensos hasta que te hayas recuperado. Si tienes una distensión grave, es posible que necesites usar muletas o un andador durante los primeros días.

¿Debo estirar una distensión en la ingle?

Si tu distensión en la ingle no es grave, es posible que puedas comenzar a estirarte de inmediato. Sé gentil contigo mismo y detente si sientes dolor. Si tienes mucho dolor, deja de estirar, enfría tu lesión e inténtalo nuevamente en un par de días. Si tu distensión es más grave, tu médico probablemente te recomiende que esperes unos días más antes de comenzar un programa de estiramientos.

¿Cuál es la mejor posición para aliviar una distensión en la ingle?

La mejor forma de aliviar una distensión en la ingle es utilizar el método RICE. Como parte de este método, te acuestas boca arriba y pones una almohada o manta debajo de tus caderas; luego, eleva las caderas y los muslos por encima del nivel de tu corazón. Esto puede ayudarte a reducir la hinchazón y a disminuir cualquier incomodidad.

¿Cómo se tratan los músculos aductores doloridos?

Una de las mejores formas de reducir el dolor es utilizar el método RICE. También puedes usar ibuprofeno o naproxeno si es necesario, siempre y cuando no tengas ninguna razón para evitarlos (como presión arterial alta o úlceras). Asegúrate de no tomarlos durante más de 10 días seguidos, ya que esto podría aumentar tu riesgo de sangrado y problemas estomacales.


Este contenido se publicó originalmente en inglés y se tradujo con el uso de varias herramientas editoriales, incluidas la inteligencia artificial, como parte del proceso. Un equipo de editores de salud de WebMD y de profesionales médicos revisó el contenido antes de su publicación.